PILDORAS DE CASCABEL

Es muy común que en todo el mundo se utilicen partes de animales como medicina natural para todos los males del ser humano. Por ejemplo en Asia se pulverizan los huesos del tigre para todos las enfermedades, su corazón para la fuerza, sus dientes como amuletos, su piel para lujos y hasta sus testículos se consumen para la virilidad, y qué no decir de las costosas sopas de aletas de tiburón que están llevando a la extinción a estos pobres animales en todo el planeta.
Pero aquí en occidente no es diferente y mucho menos en nuestra cultura y folclor opita, ¿han escuchado a los abuelos y sus remedios caseros? que la sangre del morrocoy para los que sufren de asma, que la baba de caracol para las cicatrices y venas varices, pichones de palomas para recobrar fuerzas, comer chulo para contrarrestar el cáncer, pero todo esto no es comparado con lo que curanderos hacen con las cada vez mas escazas serpientes de cascabel, son pulverizadas para hacer píldoras que curan el cáncer.
En el barrio las palmas al oriente de Neiva se pueden encontrar letreros en ranchos de tablas y cartón donde dicen “se compran toda clase de culebras vivas o muertas”, claro, si son cascabeles mucho mejor, hace un tiempo , en uno de estos ranchos encontré todo un laboratorio para el procesamiento de la cascabel, don Julio* el dueño de casa, el encargado de todo el proceso, me explicó paso a paso: se mide una cuarta desde el cascabel para el centro del cuerpo y se corta, lo mismo del lado de la cabeza, se le saca la piel y se pone a secar al sol, una vez listo se muelen hasta pulverizarlas y con este polvillo se rellenan cápsulas que son guardadas en frascos de cincuenta a cien unidades, dice que son muy solicitadas desde todo el país, no se sabe si por los mitos que se han desarrollado alrededor de esta creencia o si en verdad funcionan para lo que fueron hechas.
Don Julio* también me comentó que nada de la serpiente se desperdicia las cabezas y cascabeles son disecadas para amuletos o simple decoración, también mencionó que ha tenido varios problemas con sus vecinos los cuales no están conformes con la tenencia de estas serpientes venenosas vivas y que en más de una ocasión han escapado de su jaula de guadua y angeo. Cierta vez tenía una gran hembra de cascabel la cual tuvo en esa improvisada jaula varias crías potencialmente venenosas desde que nacen, escaparon de su encierro y fueron a dar a la vecindad, por ello fue acusado ante la policía.
La reflexión de esta historia es que no debemos seguir patrocinando estas masacres de animales para creencias populares y por lo cual estamos contribuyendo a la desaparición de varias especies que son muy difíciles de observar hoy en día en su hábitat.
Don Julio* nombre ficticio.