En estos días viajé a Bogotá y en la Terminal de transportes con una gran confluencia de personas por la culminación de las vacaciones me llamó algo la atención: un par de policías bachilleres llevaban un carrito de maletas, lleno de cajas de cartón agujereadas por todos los costados. Mirando más detalladamente observé que eran animalitos decomisados, mascotas de varios niños que en estas vacaciones sus padres les habían regalado; los agentes iban muy rápido como si los estuvieran siguiendo, de pronto esos niños con lágrimas pidiendo la devolución de sus mascotas. Vi una jaula bien chica por cierto, con un miquito maicero, en las cajas se oían varios chillidos de pájaros, entre ellos reconocí el de un loro; el otro policía bachiller llevaba en sus manos un terrario con piedras y agua con un par de tortuguitas de esas que conocemos como “tortuguitas de feria”, fue tan fugaz esta escena que no me dio tiempo de sacar la cámara para fotografiar ese carrito de maletas, pero me llamó la atención que no habían pasado cinco minutos cuando otros pasajeros ya llevaban otra cajita de cartón agujereada por todos lados, amarrada con un pedazo de pita, con quien sabe qué otro pobre animalito dentro.
Siguiendo mi viaje por la capital del país, me puse a pensar ¿A dónde van a para las mascotas? No sólo estas las decomisadas por la autoridad, pues se sabe que las llevan a sitios de protección de fauna, sino mas bien a dónde van a parar las mascotas de las cuales ya nos aburrimos porque crecieron mucho, el pajarito que ya no canta o se ha arrancado todas las plumas, esa tortuguita nadando en esa agua verdosa llena de sus propias heces, o el afán de conseguir cada vez el animal más raro, ¿a dónde van a parar?; ya no es raro encontrar babillas en el canal del rio del Oro, grandes culebras en la Toma, micos por el tejado de las casas, periquitos australianos y catarnicas africanas o alondras comiendo con torcacitas en los comederos de nuestros jardines, o esa gran demanda de peces de acuario que encontramos hoy en día en las tiendas veterinarias, pirañas, si pirañas de esas de vientre rojo las más agresivas, arawanas, oscares, peces hacha, peces hoja, peces cuchillos en fin toda una representación del Amazonas aquí en la capital del Huila, adonde van a parar todos estos peces, cuando crecen mucho y ya no caben en la pecera, ¿en el inodoro?,¿ en la alberca de la casa?, ¿en la Toma?,¿ en las Ceibas?,¿ en el Magdalena?, ¿en las lagunas naturales de la ciudad?, esto no es mentira Y no es imaginación mía, pónganse a pensar ¿A dónde van a parar las mascotas?
“Hace unos años fue noticia nacional, que unas grandes culebras atacaban bañistas en una laguna en Ibagué, un mico llamado “Camilo” mordía personas en el barrio las palmas de Neiva, se han encontrado grandes boas rondando los barrios de la capital, y la gran variedad de especies decomisadas por las autoridades ambientales, micos, águilas, boas, tortugas, perezosos, tamandúas, loros en fin, todo ello ha sido noticia” entonces ¿A DÓNDE VAN A PARAR LAS MASCOTAS? .
Siguiendo mi viaje por la capital del país, me puse a pensar ¿A dónde van a para las mascotas? No sólo estas las decomisadas por la autoridad, pues se sabe que las llevan a sitios de protección de fauna, sino mas bien a dónde van a parar las mascotas de las cuales ya nos aburrimos porque crecieron mucho, el pajarito que ya no canta o se ha arrancado todas las plumas, esa tortuguita nadando en esa agua verdosa llena de sus propias heces, o el afán de conseguir cada vez el animal más raro, ¿a dónde van a parar?; ya no es raro encontrar babillas en el canal del rio del Oro, grandes culebras en la Toma, micos por el tejado de las casas, periquitos australianos y catarnicas africanas o alondras comiendo con torcacitas en los comederos de nuestros jardines, o esa gran demanda de peces de acuario que encontramos hoy en día en las tiendas veterinarias, pirañas, si pirañas de esas de vientre rojo las más agresivas, arawanas, oscares, peces hacha, peces hoja, peces cuchillos en fin toda una representación del Amazonas aquí en la capital del Huila, adonde van a parar todos estos peces, cuando crecen mucho y ya no caben en la pecera, ¿en el inodoro?,¿ en la alberca de la casa?, ¿en la Toma?,¿ en las Ceibas?,¿ en el Magdalena?, ¿en las lagunas naturales de la ciudad?, esto no es mentira Y no es imaginación mía, pónganse a pensar ¿A dónde van a parar las mascotas?
“Hace unos años fue noticia nacional, que unas grandes culebras atacaban bañistas en una laguna en Ibagué, un mico llamado “Camilo” mordía personas en el barrio las palmas de Neiva, se han encontrado grandes boas rondando los barrios de la capital, y la gran variedad de especies decomisadas por las autoridades ambientales, micos, águilas, boas, tortugas, perezosos, tamandúas, loros en fin, todo ello ha sido noticia” entonces ¿A DÓNDE VAN A PARAR LAS MASCOTAS? .
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