COMPADRE CASPICARACHO

Desde niño me ha gustado la naturaleza donde me decían que había un lago, una quebrada, un monte cercano por explorar allí me dirigía. He visitado 36 de los 37 municipios del Huila y he escuchado gran variedad de historias, a veces creo que son inventos, creencias populares, y otras tantas se vuelven realidad ante mis ojos. En varias zonas rurales había escuchado de un árbol al cual había que saludar muy cortésmente, de lo contrario nos enfermaría, ¿sería eso cierto?
Al norte del Huila entre los municipios de Tello y Baraya se estaba construyendo una carretera intermunicipal, ya adelantada la obra se toparon que por donde habría de pasar la vía se encontraba un frondoso árbol, no muy grande, de hojas ovaladas, con flores blancas con olor de ámbar y con frutos parecidos a una manzana pequeña. El ingeniero encargado de la obra se reunió con sus trabajadores y les dijo que definitivamente debían cortar ese árbol para seguir con la carretera, ordenó a sus empleados echar abajo el árbol, el obrero mandó a un campesino a hacer el trabajo pesado, pero el campesino muy sabiondo de sus creencias populares reconoció el árbol, ¡no patroncito yo no me le mido a cortar ese árbol, ese es ni más ni menos que el compadre Caspicaracho, si tan sólo se le arrima uno lo enferma, a varios de por aquí les ha pasado!, ¡cómo que no puede cortar ese árbol!, dijo el obrero, y sabiendo la orden de su jefe, tomo la decisión de él mismo cortarlo, echarlo abajo y volverlo trozos. Su amigo el campesino le dijo ¡bueno patrón después no diga que no se lo advertí!, sabiendo de la urgencia de continuar con la obra con ayuda de compañeros incrédulos empezaron a echar machete, hacha y hasta con la ayuda de la retro tumbaron ese pobre árbol.
Al día siguiente el capataz de la obra se enfureció por que ya era tarde y no habían empezado a trabajar ¿qué pasa con ustedes señores, no piensan trabajar hoy? ¿Y dónde está el maquinista, y los otros trabajadores?, otro obrero con su casco en la mano y voz entrecortada le respondió, ¡ el maquinista y sus ayudantes se encuentran hospitalizados en el centro de salud del pueblo, pues la noche anterior una vez terminado de cortar el árbol empezaron a sentirse mal, con irritación en la piel, fiebre, enrojecimiento de brazos y cara, y por último un brote que no paraba de regarse por el cuerpo, sentían que ardían por dentro y empezaron a hincharse, muy asustados corrieron para donde el médico y hasta él les comento ¡no se preocupen no es nada grave es solo la consecuencia del Caspicaracho!, riendo el doctor les dijo, ¡varios pobladores del sector han venido por lo mismo pero con ustedes es diferente, los síntomas han sido más graves, es que sólo a ustedes se les ocurre cortar el árbol mejor dicho despedazarlo hasta hacerlo un montón de leños; pero no se preocupen con unos días de cama, reposo y medicamentos los síntomas irán desapareciendo.
Y es que investigando un poco encontré que el árbol de Caspicaracho si existe y en verdad enferma, en Antioquia lo conocen como Manzanillo, en el Tolima como el compadre Pedro Hernández, en el Cauca, Putumayo y Nariño Caspi y el Huila y Caquetá como caspicaracho pero todos ellos son uno solo y en verdad enferma a las personas, pero no porque no lo saluden como piensan los campesinos, si no porque en realidad el árbol es venenoso, genera una reacción alérgica en la piel, sus hojas, sus frutos, hasta sus ramas ya secas todavía producen esa toxina, científicamente se conoce como Toxicodendrum stricta. Así que cuando vuelvan al campo, a visitar la finca de los abuelos si los pobladores les dicen saluden al compadre Caspicaracho, con permiso compadre Caspicaracho y hasta le hagan una venia, es mejor que lo hagan pues no querrán pasar esas vacaciones en cama debido a su castigo por descortés.